22 de julio de 2011

BUSCANDO LA MÁXIMA RENTABILIDAD


En este tiempo de crisis económica el ser una empresa de máxima rentabilidad va a hacer que perduremos y no desaparezcamos.  ¿Cómo lo podemos conseguir?

Si esto lo buscamos para un taller de automoción, especialmente en la rama de chapa y pintura, podríamos destacar las siguientes claves:

- Debemos buscar la profesionalización de las personas: desde el gerente que debe superar su origen artesanal y evolucionar a un perfil económico-empresarial, pasando por el recepcionista, el jefe de taller  y llegando a los operarios, que ya no pueden ser artesanos sino técnicos de chapa, pintura, mecánica, etc.

-Debemos adecuar el medio donde producimos: el taller debe estar diseñado de forma que los flujos de trabajo se desenvuelvan con el mínimo de movimientos de personas, vehículos y recambios, para evitar pérdidas de tiempos productivos y así conseguir el máximo número de reparaciones a realizar cada mes.

-Buscar equipamientos, herramientas y productos que nos den la máxima rentabilidad en los procesos de reparación junto con una adecuada calidad.

-Buscar una organización avanzada:  esto puede atraer la atención de clientes, compañías de seguro, empresas de alquiler... ¿En qué podemos tener una organización avanzada?  Por ejemplo en una recepción activa, implantar la cita previa, el compromiso de fecha de entrega, el control de calidad, el vehículo de cortesía, el doble turno de trabajo, la línea de reparaciones rápidas, gestión rápida del recambio y una buena gestión de los residuos.

-Monotorizar en tiempo real el funcionamiento de todas las órdenes de trabajo. De esta forma podemos controlar la rentabilidad de cada operación, detectando posibles errores y aplicando soluciones.  Para esto nuestro gran aliado es la informática. Debemos implantar un sistema adecuado y capaz de coordinar todos los sistemas organizativos del taller.


-Tener en cuenta la importancia del personal adecuado.  Muchas veces para una correcta selección de personal debemos valorar más la capacidad para aprender y evolucionar que sus conocimientos. Tener claro que la formación continua de nuestro personal es una inversión necesaria y no un gasto innecesario.  Si a todo esto añadimos una incentivación adecuada conseguiremos facilitar que todas las personas del taller aporten su esfuerzo en la dirección de la máxima rentabilidad.

Si nuestra empresa sabe gestionar todos estos factores, seremos una de las mejores y más rentables, superando las dificultades que estamos viviendo en este tiempo y que podremos vivir en el futuro.


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