12 de mayo de 2015

¿Quieres que tu taller sea competitivo?

La revista del Centro de Experimentación y Seguridad Vial Mapfre, CESVIMAP, realiza un interesante reportaje en su último número en el que analizan la importancia de ser competitivos para cualquier empresa sea cual sea su tamaño. Nosotros hemos querido destacar los puntos que nos han parecido más interesantes. 

En relación a los talleres de chapa y pintura es en su producción y organización con relación a otros talleres donde hay que analizar si estamos siendo competitivos. 

En primer lugar hay que tener claro que la superioridad para producir es una cosa, y la superioridad para competir es otra muy distinta. Por eso, para ser competitivos lo fundamental es estudiar nuestros márgenes de beneficios y analizar nuestra capacidad para obtener una mayor rentabilidad que nuestra competencia. 

Pintor en taller de pintura.
Los ingresos dependen de lo que vendemos y a qué precios; pero lo interesante no es fijar los precios sumando un margen determinado al coste productos, salarios, etc. Lo que debemos hacer es fijar los precios según la utilidad que nuestro servicio proporciona al cliente, por lo que depende de la percepción que tenga el cliente tanto de nuestro trabajo como del de la competencia. Lo básico es dar más por lo mismo, en lugar de intentar dar lo mismo por menos. 

Los ingredientes más importantes que intervienen en la competitividad son: 
  • Productividad. Cuanto mayor es, más competitiva puede llegar a ser nuestra empresa. Los flujos de trabajo, la organización a la hora de cumplir los plazos de entrega, las instalaciones, el equipamiento…son factores fundamentales para mejorar nuestro entorno productivo. 
  • Precio. Para competir con precio hay que conseguir unos costes más bajos. 
  • Personas. El talento y formación de nuestro personal es clave para el éxito. El trabajo en equipo, incentivar el trabajo, dar formación…pueden ayudar a hacer nuestro taller más competitivo. 
  • Innovación y calidad. Se puede trabajar independientemente del tamaño de la empresa. Y se puede enfocar a poseer unos equipos y herramientas que reduzcan los tiempos de reparación o pintado, pero también puede centrarse mejorar las herramientas de gestión y comunicación o de elaboración de presupuestos. 
  • Cultura. Orientar la cultura de la empresa al cliente en lugar de al producto puede proporcionar grandes beneficios. 
Lo primordial para nuestro taller es conseguir que nuestras ventajas competitivas se sostengan a lo largo del tiempo y que nuestro servicio sea valorado por los clientes como bueno y a buen precio, o como un servicio de una calidad superior por el que valga la pena pagar. 

Pintor en taller de chapa y pintura con enmascarado.

Para concluir nos gustaría hacer hincapié en el hecho de que las innovaciones que mejores resultados dan son las que se centran en el cliente y no tanto en el producto. Si somos capaces de reducir los tiempos de entrega del vehículo, garantizamos la movilidad de nuestros clientes gracias a vehículos de cortesía u ofrecemos servicios para facilitar la gestión del siniestro y la atención al cliente, es posible que podemos llegar a convertirnos en un taller de reparación que se convierta en referencia para nuestros competidores y en la mejor opción para nuestros clientes.

Si quieres saber más sobre la competitividad en el mundo del taller puedes leer el reportaje completo en www.revistacesvimap.com

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